miércoles, 27 de marzo de 2013

UN DOMINGO DE RAMOS EN MIS PRIMEROS AÑOS DE VIDA.

Sujetando con dificultad la  palma,  después de la bendición en la Parroquia de Sant Baldiri, de Sant Boi de Llobregat, un Domingo de Ramos de mis primeros años de vida. (Foto: Andreu)


El  Domingo de Ramos se conmemora la entrada mesiánica  de Jesús de Nazaret en Jerusalén, para dar comienzo de esta manera, a su pasión y muerte en la cruz, e iniciándose de esta manera la Semana Santa.

En el transcurso de la Eucaristía  que se celebra, el sacerdote bendice las palmas, ramos de olivo y de laurel que los fieles llevan en sus manos, y una vez bendecidos se inicia una procesión que forma parte de la liturgia del Domingo de Ramos, que rememora la entrada triunfal del Señor en la ciudad de Jerusalén, en medio de una inmensa multitud que lo aclamaba como Hijo de Dios.

COLGADOS EN VENTANAS Y BALCONES.

Recuerdo perfectamente que durante mi niñez, cada año acudía con mis padres a bendecir la palma en la Parroquia de Sant Baldiri, de Sant Boi de Llobregat, municipio de nuestra residencia. Aquel día era costumbre que los niños y las niñas  estrenaran  zapatos, calcetines y alguna que otra pieza de ropa,  propia de la estación primaveral.

De regreso a casa, lo primero que se hacía era colgar la palma o los ramos de olivo y de laurel bendecidos, en ventanas o balcones situados en las fachadas de los edificios, y allí permanecían hasta que eran sustituídos por los del  año siguiente  , porque  existía  una antigua  creencia que aseguraba que de esta manera se     protegía a sus moradores  de los  espíritus malignos.

2 comentarios:

  1. De entrada, hay que ver lo guapetoncito que estas en la foto.
    Dicho esto,¿quien de nuestra época no recuerda los zapatos de charol para ese día?, entonce las palmas eran sencillas, tan solo palmas o ramas de olivo, solo los pudientes compraban y lucían las decoradas, esta fiesta litúrgica y de fé de los que procesan su cristianismo, se ha deteriorado por el afán de comercialización enfocados a ella, una fiesta de celebración religiosa se ha convertido en una fuente de negocio y especulación, el país se paraliza escudándose en un sentimiento cada vez menos existente...pero la conserva para justificar unas vacaciones que poco rezo lleva.
    Yo en mi humilde opinión, creo que se debería anular ese tiempo vacacional y que los verdaderos creyentes, hicieran sus actos de fé al finalizar la jornada laboral, como hacen otras religiones...esto es fé, lo otro es aprovecharse de la que tienen otros para ellos divertirse.
    La iglesia es la que ha permitido que se llegue a este punto, la humildad, sencillez y proximidad a la realidad, es el estandarte de ya pocos religiosos, el Vaticano no es el mejor ejemplo de austeridad ni de tolerancia.
    Yo no soy practicante, pero si respeto a los creyentes de fé y de corazón, porque ellos si usan la semana santa para conmemorar su creencia.
    A todos ellos, que tengáis una buena semana Santa.

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  2. ¡Qué tiempos aquellos! Cuando estrenábamos para la palma la ropa de primavera, cuando en primavera ya empezaba a hacer buen tiempo, cuando el cambio climático todavía no había hecho estragos...
    Nos has hecho poner nostálgicos.

    Qué mono eras...
    Queta

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