lunes, 2 de enero de 2017

CUANDO EN LA ESCUELA ADEMÁS DE INSTRUIR, SE EDUCABA.

 Mi padre, Emili Vendrell, cuando empezó a ir al colegio.
 Modelo de libreta, donde anotaban la letra de  algunas  canciones.

La primera anotación en la libreta,  en el primer dia de clase del curso escolar 1927 - 28

De unos años a esta parte, escuchamos comentarios referidos a la mala educación que, en términos generales, adolecen algunos alumnos, haciendo responsables de ello a la escuela, mientras otros  sostienen que la escuela es para instruir, y que son precisamente  los padres los que tienen  el deber de educar a sus hijos.

Antiguamente, en la escuela se instruía y se educaba a los alumnos, al tiempo de que también los padres cuidaban de enseñar modales y comportamientos a sus hijos,  y los rectificaban cuando observaban que infringían alguna de las reglas de la buena conducta. 

LLAGOSTERA

Mi padre nació en Llagostera, en la provincia de Girona. El otro día, repasando los libros y los cuadernos de los pocos años en que acudió a la escuela de aquel municipio, que por aquel entonces apenas superaba los cuatro mil habitantes, llamó especialmente  mi atención el contenido de la primera página de una de las libretas correspondiente al curso escolar 1927 -28, en que se  pone de manifiesto que, en el primer día de clase, lo primero que hicieron fue anotar las  ocho reglas que debían de cumplir, y que reproduzco a continuación:

"Curso de 1927 - 1928

Primer día de clase 

Cada uno de los niños promete formalmente cumplir todos y cada uno de los preceptos siguientes.

1. Asistir a la clase todos los días y con puntualidad rigurosísima.

2. Cuidad siempre de la limpieza constante de cuerpo y vestido.

3. Tener los cajones ordenados y cubiertas en todos los libros y cuadernos. 

4. Respetar y amar a todos los maestros y condiscípulos. 

5. Atender y cumplir siempre en todo lo referente a su educación. Única manera de que le sea provechosa su vida escolar. 

6. Procurar con su comportamiento en la escuela, en su casa, en la calle, en los locales públicos y en todas partes: poner a la escuela a un nivel elevado.

7. Respetar a todos y de un modo especial a las personas que ocupen lugares de representación, a los viejos y a los pobres.

8. Respetar y proteger a los animales y a las plantas ". 


Como complemento, entre los libros escolares, tenían uno titulado: "Urbanidad en verso". 


Ciertamente, una muy provechosa lección, en el primer día de clase. Una lástima que hoy en día no se prodiguen estas enseñanzas en las escuelas, y lamentablemente, en la mayoría de los hogares. Así suben  los jóvenes de hoy día, salvando, naturalmente, las excepciones, que son precisamente las que confirman la regla.

 

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