domingo, 31 de enero de 2016

MI PASO POR LAS ESCUELAS CRISTIANAS DE LOS HERMANOS DE LA SALLE , EN BARCELONA .

Alumnos del primer curso de Bachillerato,de las Escuelas Cristianas de los Hermanos de La Salle "Josepets", de Barcelona. Curso 1956-57

Joan Vendrell, es el  primero de los sentados en la escalinata, a la derecha de la imagen. (Clicando encima de ella, podrán visualizarla más ampliada)


En el año 1953, nos trasladamos a vivir en  Barcelona. Mis padres se habían mudado a un  establecimiento que, en aquella época se llamaba  "colmado", situado en la calle Mayor de Gracia, núm. 196, esquina con la Plaça Trilla, en el barrio de Gracia en Barcelona.

En los primeros años fui a la escuela de un tío de mi madre, en la Plaça del Nord, del mismo barrio de Gracia, y posteriormente pasé a las Escuelas Cristianas de los Hermanos de la Salle "Josepets", también en el barrio de Gracia, en la calle de Santa Anna, a muy pocos metros de la Plaça de Lesseps.

Allí cursé el Ingreso de Bachillerato y el primer curso. A partir del segundo, al trasladarnos de nuevo a vivir en Sant Boi, los cursé en el Col.legi Balmes, en la calle de Lluís Castells.

De mi paso por los Hermanos de la Salle, recuerdo la exigencia que había en los estudios y la disciplina que se nos inculcaba. Unos ejemplos. Mientras  estábamos en el recreo, había un ruído ensordecedor propio de los numerosos alumnos que estaban disfrutando de los diferentes juegos, pero cuando sonaba el pitido que señalaba el final del recreo, se producía un silencio sepulcral y  los alumnos de cada clase pasaban silenciosamente, y con rapidez,  a formar en el lugar que tenían asignado, y que seguidamente, y de manera ordenada, se dirigían hacia sus respectivas aulas.


La fotografía que ilustra estas líneas, corresponde a la salida  de los alumnos -- en este caso del primer curso de Bachillerato B --  que cada  curso efectuaba, a principios de abril  al Parc de la Ciutadella, de Barcelona, para efectuar la fotografía que luego ilustraría la Memoria Escolar de cada curso. Cada aula , tenía unos cincuenta alumnos, y para ello nos desplazábamos con el metro, desde la estación de Lessepts --en aquella época Linea 2 -- hasta la estación de Catalunya. De alí, trasbordo a la Línea 1 hasta la estación Arc de Triomf, y de allí, andando -- que es gerundio -- hasta el Parc de la Ciutadella. De regreso, el mismo trayecto, pero viceversa.

Recuerdo que, a pesar del numeroso grupo que éramos, íbamos debidamente circulando en orden  y en absoluto silencio, acompañados  solamente -- y era más que suficiente -- por el Hermano que teníamos de profesor.

Y ahora, cuando me tropiezo con algún grupo de escolares por la vía pública, en grupos menos numerosos,  que discurren sin orden ni concierto y de manera ruidosa,  con el beneplácito de los docentes impotentes  que les acompañan, no puedo evitar recordar la imagen tan distinta que ofrecíamos en mi etapa escolar en las Escuelas Cristianas de los Hermanos de la Salle, donde la Urbanidad y la Educación eran las dos primeras  asignaturas en todos los cursos.

jueves, 14 de enero de 2016

¡ QUÉ COSAS TIENE LA VIDA !

 Nevada del año 1962. Antiguo campo de fútbol del F.C. Santboià, donde conocí a uno de mis ídolos, el guardameta Muñoz.(Temporadas 1957-58 y 1958-59)
 (Foto: Fons Jaume Vilà Tous. Arxiu Històric Municipal de Sant Boi de Llobregat)
 Antiguo Ayuntamiento de Gavà, donde compartí muchos actos con el alcalde, Juan Jesús Muñoz Blay.( Año 1972)
Entrevistando para "Diario de Barcelona", al primer teniente de alcalde y alcalde en funciones del Ayuntamiento de Gavà. Sigfrid Gracia Royo, en un acto previo a la elección de "Miss Turismo Gavà", en la Discoteca Sylvi's, en julio de 1972. (Foto: Delgado)

Ciertamente, en la vida ocurren actos y episodios muy curiosos, que en ocasiones no acertamos en establecer su correspondencia ni sus motivos.
 
Uno de estos casos, es el que voy a referir seguidamente, y que acabo de conocer recientemente, después de efectuar las consultas correspondientes.

Fue en ocasión  del reciente  fallecimiento del que fuera jugador del F.C. Santboià, Antonio Ballo, que había defendido también inicialmente los colores del C.F. Gavà, que aquella entidad se hizo eco de aquel desenlace y, a través de sus históricas páginas conocí la existencia de tres hermanos, de apellido Muñoz, que habían defendido la camiseta de su ciudad de residencia, el C.F. Gavà.

Entonces me vino "in mente" que, en las temporadas 1957-58 y 1958-59, en que no me había perdido ninguno de los encuentros jugados en Sant Boi,  en que el C.F. Samboyano -- como se denominaba entonces -- tenía a un tal Muñoz defendiendo su portería, que era de Gavá,  y que junto con el defensa lateral derecho, Antonio Ballo, eran mis ídolos, se me ocurrió hacer esta consulta:

" El guardameta Muñoz del F.C. Santboià de aquella época, ¿ era Juan Jesús Muñoz Blay, que en los años 70 del siglo pasado fue alcalde de Gavà?.

Respuesta afirmativa.

¡Lástima no haberlo sabido con anterioridad !,   cuando ejerció la alcaldía de Gavà, atendido que por aquel entonces, como corresponsal de "Tele/eXpres" y "Diario de Barcelona" en varios municipios de la comarca del Baix Llobregat, entre ellos Gavà, había tenido ocasión de compartir en repetidas ocasiones con el alcalde de aquel municipio, Juan Jesús Muñoz Blay,por motivos periodísticos, acudiendo invitado a actos institucionales, -- inauguraciones, Feria de los Espárragos, elección de "Miss Turismo Gavà", ruedas de prensa, entrevistas, etc. -- y yo ignorando que estaba compartiendo aquellos actos con quien había sido uno de mis ídolos futbolísticos de la segunda mitad de los años cincuenta del siglo pasado. De haberlo sabido, con toda seguridad hubiéramos encontrado momentos para recordar anécdotas y episodios de su paso por Sant Boi defendiendo la portería del F.C. Santboià. ¡Una lástima! 

El Sr. Juan Jesús Muñoz Blay falleció en el año 2002, por lo que ya no es posible rememorar con él su pasado futbolístico defendiendo los colores del F.C. Santboià.

El Sr. Muñoz ejerció durante poco tiempo su cargo al frente del consistorio gavanés, atendido que sus obligaciones como alto cargo en la Compañía Roca, de Gavà le requería efectuar frecuentes desplazamientos y viajes por  España y por el extranjero.

En consecuencia, en sus ausencias, ocupaba su puesto el primer teniente de alcalde y alcalde accidental, Sigfrid Gracia Royo, natural de Gavà y que había sido defensa internacional del F.C. Barcelona.

Con Sigfrid Gracia, contrariamente, sí que pude establecer una estrecha relación de amistad, que si bien no pudo ser, por motivos geográficos, lo frecuente que hubiera deseado, una vez finalizado su mandato institucional, tuvimos ocasión de seguir relacionándonos hasta su fallecimiento, el 23 de mayo de 2005 a la edad de 73 años.

¡Qué cosas tiene la vida!.

domingo, 10 de enero de 2016

AQUELLOS FELICES AÑOS DE MI INFANCIA .



Como vulgarmente suele decirse, "buscando en el baul de los recuerdos", acabo de localizar  estas dos fotografías, de finales de los años 40 del siglo pasado y  que corresponden  a dos momentos de mi feliz infancia en el patio de la casa de Sant Boi de Llobregat, recorriendo el espacio perimetral de sus jardines  con aquella bicicleta de tan gratos recuerdos,  y  subido en  el columpio esperando pacientemente  que mis padres acudieran para darme algunos empujoncitos para poder disfrutar de su movimento.

¡Qué tiempos aquellos!. Épocas de estrecheces económicas que, en  la mayoría de las ocasiones,  los más pequeños éramos los últimos en sufrir sus consecuencias, guardando, contrariamente,   gratos recuerdos de aquellos tiempos, ajenos a las dificultades de los  largos años que siguieron a la postguerra en nuestro país.

miércoles, 6 de enero de 2016

UN JUGUETE DE LOS REYES MAGOS DEL QUE APENAS PUDE DISFRUTAR.


Esta imagen la tengo siempre presente en mi mente cuando se aproxima la festividad de los Reyes Magos.

Fue el   regalo que más me había ilusionado   aquel año, de entre  los que me habían traído los Magos de Oriente.  Era este carrito tirado por un caballo de cartón. Pasaba horas y horas , recorriendo el patio de mi casa con este ilusionante juguete, que  al finalizar el día, guardaba bajo cubierta, en la galería.

Sin embargo, pasados unos días no lo resguardé, y quedó en medio del patio toda la noche. 

Aquella noche hubo tormenta, y el agua  de la lluvia empapó el caballo de cartón y lo dejó inservible, doblegado en el  suelo, encima de la plataforma de madera con   ruedecitas,  por la que se movía.

Tuve un disgusto tremendo, del que jamás he conseguido borrar de mis recuerdos, hasta el punto de que, cada año, al aproximarse estas fechas,  reverdece en mi mente aquel triste episodio de mi tierna infancia.