martes, 23 de abril de 2013

EN EL SEXAGÉSIMO ANIVERSARIO DE MI PRIMERA COMUNIÓN .


El próximo dia 10 de mayo se cumplirá el sexagésimo aniversario de  mi Primera Comunión, a los 8 años de edad,  celebrada en la Iglesia Parroquial de Sant Baldiri, de Sant Boi de Llobregat.

En aquellos tiempos,  las efemérides y los acontecimientos propios de los días señalados,  eran esperados con desbordante ilusión, y la Primera Comunión era la más esperada en aquellos años de la primera década de nuestras vidas. Los preparativos empezaban unos meses antes. Los padres escogían  el vestido, los zapatos, guantes y demás elementos con que nos vestirían en aquel memorable día,  siempre barajando lo mejor de lo mejorcito y de acuerdo con las economías familiares, que en aquella época eran, generalmente, muy ajustadas. Luego se elaboraba una relación de las  personas más allegadas que serían invitadas a compartir aquella esperada fiesta. Y en la medida que se iba aproximando la fecha señalada, se empezaba a recibir los esperados regalos. Las abuelas acostumbraban a regalar la cadena y medalla de oro, en cuyo reverso se grababan  las iniciales y la fecha. Otro de los regalos habituales era el librito  de la Primera Comunión con tapas de nácar. También se acostumbraba a regalar unos cubiertos de plata o de alpaca con un baño de plata, con las iniciales grabadas; una billetera de piel; pluma estilográfica..., y así hasta las apetitosas cajas de deliciosos bombones artísticamente presentadas.

Llegada la fecha, los niños y niñas que iban a recibir por vez primera a Jesús, acudían acompañados de sus padres, familiares e invitados a la Iglesia Parroquial, donde comulgaban por vez primera en el transcurso de la Misa celebrada. A la salida del acto religioso, todo era júbilo y alegría, y se intercambiaban las estampas que se editaban para recordar aquella fecha. Luego las familias se dirigían a sus respectivos hogares, donde les esparaba una suculenta comida que hacía las delicicias de los invitados.

Con la antelación necesaria, los niños y niñas que iban a tomar a Jesús Sacramentado por primera vez, acudían a  la Parroquia a la que pertenecían para ser aleccionados en la enseñanza  del Catecismo, que normalmente corría a cargo del párroco.

UNA ANÉCDOTA

El año  en que  hice la Primera Comunión se explicaba que, uno de los niños al llegar a su casa después de asistir a la tanda de Catecismo de aquel día, se dirigió a sus padres mostrando evidentes signos de enfado, anunciándoles que no deseaba hacer la Primera Comunión. Al serle preguntado por los motivos de su decisión, dijo que era debido a que el señor cura decía mentidas.

-- ¡Cómo te atreves a decir semejante disparate. Ya está bien de decir tonterías ! -- le reprendieron con severidad sus padres.

-- No es ninguna tontería -- contestó el niño. 

Y  ante la mirada incrédula de sus progenitores, lo justificó de esta manera:

-- Resulta que  hoy el cura, en el Catecismo, nos ha dicho que Dios estaba en todas partes, y yo le he preguntado que, si estaba en todas partes, ¿ estaría también  en el corral de las gallinas de mi abuela ?.

-- Efectivamente, Pepito, también Dios está en el corral de las gallinas de tu abuela -- le aseguró complacido el cura.

-- ¡Mentida, es mentida, Dios no puede estar en el corral de las gallinas de mi abuela porque mi abuela no tiene gallinas ni tiene corral ! -- le replicó el niño.

miércoles, 27 de marzo de 2013

UN DOMINGO DE RAMOS EN MIS PRIMEROS AÑOS DE VIDA.

Sujetando con dificultad la  palma,  después de la bendición en la Parroquia de Sant Baldiri, de Sant Boi de Llobregat, un Domingo de Ramos de mis primeros años de vida. (Foto: Andreu)


El  Domingo de Ramos se conmemora la entrada mesiánica  de Jesús de Nazaret en Jerusalén, para dar comienzo de esta manera, a su pasión y muerte en la cruz, e iniciándose de esta manera la Semana Santa.

En el transcurso de la Eucaristía  que se celebra, el sacerdote bendice las palmas, ramos de olivo y de laurel que los fieles llevan en sus manos, y una vez bendecidos se inicia una procesión que forma parte de la liturgia del Domingo de Ramos, que rememora la entrada triunfal del Señor en la ciudad de Jerusalén, en medio de una inmensa multitud que lo aclamaba como Hijo de Dios.

COLGADOS EN VENTANAS Y BALCONES.

Recuerdo perfectamente que durante mi niñez, cada año acudía con mis padres a bendecir la palma en la Parroquia de Sant Baldiri, de Sant Boi de Llobregat, municipio de nuestra residencia. Aquel día era costumbre que los niños y las niñas  estrenaran  zapatos, calcetines y alguna que otra pieza de ropa,  propia de la estación primaveral.

De regreso a casa, lo primero que se hacía era colgar la palma o los ramos de olivo y de laurel bendecidos, en ventanas o balcones situados en las fachadas de los edificios, y allí permanecían hasta que eran sustituídos por los del  año siguiente  , porque  existía  una antigua  creencia que aseguraba que de esta manera se     protegía a sus moradores  de los  espíritus malignos.

martes, 19 de marzo de 2013

RECORDANDO AQUELLOS EMOTIVOS ACTOS DE HOMENAJE A LA VEJEZ

En la imagen superior, las autoridades del municipio de Sant Boi de Llobregat, con el alcalde José Milá Gelabert en el centro, encabezando la comitiva en la entrada del Ateneu Santboià. En la central, ancianos homenajeados, acompañados de familiares, a la salida de la celebración de la Eucaristía, en la iglesia parroquial de Sant Baldiri, ( año 1967) y en la inferior, un momento del desayuno con que eran obsequiados en la pista de baile del Ateneu Santboià. (año 1969).

La pérdida de valores humanos en la sociedad que nos toca vivir en los momentos actuales, es un hecho que no admite la más mínima clase de dudas. El respeto hacia las demás personas ha dejado de ser una virtud en desuso que solamente  practican quienes entrados en años, guardan todavía en el recuerdo  aquellos libros de texto que en las escuelas enseñaban urbanidad y educación, y que  las familias reforzaban en los hogares.  También los hay, entre la juventud de nuestros días, que evidencian muestras de buena educación y respeto hacia los demás, si bien son minoría , y que representan las excepciones que confirman la regla de la  triste realidad de nuestros días.

Quienes formamos la generación de la posguerra, recordamos aquellos emotivos  actos de homenaje a la vejez que los ayuntamientos de cada municipio celebraban anualmente. En Sant Boi de Llobregat existía el Patronato de Homenaje a la Vejez, y cada año dedicaba una determinada fecha para rendir homenaje a las personas ancianas del municipio.

Los ancianos homenajeados, acompañados de sus familiares, se concentraban en la iglesia parroquial de Sant Baldiri para asistir a la Eucaristía, y finalizado  el acto religioso se dirigían  al Ateneu Santboià, en comitiva encabezada por el alcalde y demás miembros del Consistorio y demás autoridades locales, seguidos de una banda de música que amenizaba la festividad del acto, y a continuación los ancianos homenajeados acompañados de sus familiares. Al llegar a la pista de baile del Ateneu Santboià eran acomodados en las mesas dispuestas para serles servido un desayuno, recibiendo el merecido reconocimiento en los parlamentos del alcalde y del presidente del Patronato, y recibiendo, antes de finalizar el acto, un obsequio en metálico por parte de la organización, es decir, del Patronato  de Homenaje a la Vejez.

Las personas mayores del municipio esperaban con mucha ilusión la llegada de aquella fecha, en que se sentían correspondidos por la larga trayectoria de amor, trabajo  y sacrificio con que habían superado los difíciles y calamitosos años de la posguerra en la crianza de sus respectivos hijos y en la estabilización de su situación familiar.

lunes, 11 de marzo de 2013

SAN JOSÉ ORIOL PASABA TEMPORADAS VERANIEGAS EN LA MASÍA " CAL FUENTES", DE GAVÁ ( SIGLO XVII)

En la imagen superior, detalle del año de una ampliación o reforma            posterior en la  masía "Cal Fuentes". En la central, lamentable estado de abandono que ofrecía el entorno de la casa (4 noviembre 1969) y en la inferior, aspecto que presentaba después de retirar los escombros y sanear aquel espacio ( finales de 1969).
Fotos: Joan Vendrell Campmany.

En mi etapa de corresponsal de prensa para "Diario de Barcelona", denuncié el lamentable estado de abandono del entorno de la masía "Cal Fuentes", situada en el núcleo urbano del municipio de Gavá (Barcelona), en la céntrica calle de Sant Pere, entre las calles de Sant Nicasi y Sant Joan, a raíz de unos vertidos incontrolados de escombros. La noticia se publicó en el referido periódico, con imagen incluída, en la edición del día 4 de noviembre de 1969, y poco después, a finales del mismo año, se procedió a la limpieza y saneamiento de aquel entorno.

A raíz de efectuar aquel trabajo, tuve ocasión de hablar con los moradores de aquella casa, gente muy sencilla, que me explicaron que en aquella masía, -- por lo que habían oído contar -- había pasado algunas temporadas veraniegas un sacerdote barcelonés que años después de su fallecimiento sería elevado a los altares y venerado como San José Oriol.(1)

Esta circunstancia no pude contrastarla a pesar de mis intentos, por lo que en ningún momento hice referencia de ello.

Sin embargo hace unos días, de manera casual, encontré una referencia que recogía este hecho, y dada la seriedad y el prestigio del autor de esta aportación, la considero suficientemente fiable y en consecuencia me sumo a su aportación para mayor conocimiento, si cabe. (2)

(1) San José Oriol fue un sacerdote catalán (Barcelona, 23 de noviembre 1650 - Barcelona, 23 de marzo de 1702),  que dedicó su vida a los pobres. Fue beatificado por Pío VII el 5 de septiembre de 1806, y canonizado el 20 de mayo de 1909 por Pío X. Su fiesta onomástica se celebra el día 23 de marzo, fecha de su fallecimiento.

(2) Campmany i Guillot, Josep. "Recull de folclore gavanenc". Gavá. 1998.


jueves, 28 de febrero de 2013

OFRECIMIENTO COMO VOLUNTARIO PARA LA EXTINCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES EN SANT BOI DE LLOBREGAT ( 15 JULIO 1975)

Instancia con Registro de Entrada en el Ayuntamiento de Sant Boi de Llobregat, ofreciéndome como voluntario en tareas de extinción de incendios forestales en el municipio. (15 de julio de 1975)

Los incendios forestales han sido siempre motivo de serias preocupaciones para las autoridades  de Sant Boi de Llobregat, que con los medios humanos y materiales que han tenido a su disposición  en las diferentes épocas, han acudido siempre con  con  prontitud y  prestancia para colaborar, siguiendo las instruccones  de los bomberos,  en los trabajos de extinción, siendo la montaña de Sant Ramon Nonat la zona forestal históricamente más castigada por el fuego incontrolado.

En mis tareas de corresponsal de prensa para los periódicos barceloneses "Tele/eXpres" y "Diario de Barcelona" fui en aquellos  casos testigo presencial  "in situ" de las dedicaciones y esfuerzos de autoridades locales, guardia civil, policía municipal, somatenes y ciudadanos anónimos colaborando con los bomberos, para conseguir la extinción más rápida posible de la masa forestal, y precisamente fueron  aquellas ejemplares dedicaciones que  me animaron a presentar mi ofrecimiento como voluntario en aquellas labores. 

En la instancia de petición, de fecha 15 de julio de 1975, dirigida al alcalde de Sant Boi de Llobregat,  exponía  " que ante la posibilidad de incendios forestales que lamentablemente, todos los años, y especialmente durante la época veraniega, de forma fortuita unos pocos, y provocados por la desidia la mayoría, destruyen la escasa belleza paisajística de nuestros entornos, con las consabidas pérdidas materiales", y en consecuencia pedía " que, entendiendo que este grave problema nos afecta a todos por un igual, ya que, todos sin excepción estamos facultados a gozar de los privilegios que nos depara la madre Naturaleza, y considerando que es deber de todo ciudadano velar y cuidar por todo aquello que afecte a la comunidad, sirva aceptar a este humilde ciudadano como miembro voluntario para colaborar en las tareas de extinción y cuantas labores complementarias sean menester, siempre que sus obligaciones laborales se lo permitan, sometiéndose a la disciplina correspondiente que dicten las normas vigentes", y terminaba diciendo que " Espera el suscrito verse favorecido con la aceptación de su concurso, por entender que las más elementales nociones de civismo le obligan a este ofrecimiento, y con su modesta aportación, servir a la comunidad a la que pertenece".

Mi ofrecimiento fue gustosamente aceptado, y durante algunos años colaboré en cuantas ocasiones fui requerido para aquellas finalidades. 

viernes, 22 de febrero de 2013

" LOGROÑO CALIDAD, S.L. ", DE LOGROÑO ( LA RIOJA"), ME HA SORPRENDIDO GRATAMENTE POR ETIQUETAR PRODUCTOS EN CATALÁN.

Etiqueta de un envase de habas finísimas, fritas con aceite refinado de oliva.


Que en Catalunya algunas empresas envasen sus productos con etiquetas en catalán, es habitual desde hace muchísimos años, como lo es también que en Galicia algunas lo hagan en galego y en el Pais Vasco en euskara.  Lo que ya no es tan habitual es que empresas establecidas fuera del ámbito territorial de Catalunya, rotulen el etiquetado de los productos que comercializan en catalán. 

Este es el caso de LOGROÑO CALIDAD, S.L., empresa dedicada a la fabricación, comercialización, compraventa, importación y exportación de toda clase de conservas vegetales, establecida en Gran Vía 41, de la ciudad de Logroño, (La Rioja).

Y a mi particularmente,  esta circunstancia me ha sorprendido muy gratamente cuando he observado en las estanterías de un centro comercial unos envases etiquetados en catalán conteniendo unas apetitosas finísmas habas, fritas con aceite refinado de oliva, que me he apresurado a  consumir para cenar, salteadas a fuego lento y   acompañadas de un huevo frito y un par de finas  lonjas de beicon, regado todo ello  con un vasito de  buen vino tinto del Priorat (14º), que el estómago me ha agradecido con creces. 

Dejando a un lado el aspecto gastronómico y centrándome en la motivación de la rotulación del referido producto, reitero mi gratificante sorpresa por esta circunstancia,  al tiempo que felicito sinceramente  a los directivos de la empresa LOGROÑO CALIDAD, S.L. por esta iniciativa, que, entre otros motivos,  pueden ayudar a estrechar los buenos lazos de unión y amistad que debieran de existir entre todos los pueblos de España, y digo "debieran existir " porque históricamente, en el caso de Catalunya,  desde la lejanía los tiempos  por desgracia  no es así,  en gran medida, en los tiempos modernos, a causa de    las falsedades y tergiversaciones de las realidades   históricas divulgadas por el   régimen franquista , y posteriormente, en esta época democrática, por  algunos de nuestros políticos que, con sus desafortunadas actuaciones , no consiguen otra cosa que   seguir  fomentando esta peligrosa e injusta  confrontación y odio hacia el pueblo catalán. Y esto, a mi, me  duele. Me duele  y mucho. 

miércoles, 30 de enero de 2013

MIS ADORADAS TORTOLITAS ( AÑO 1964)


A  principios del año 1964 una persona amiga  que se dedicaba, a la cría de aves, me regaló una pareja de tórtolas muy jovencitas,  y me indicó las instrucciones básicas para su tenencia y manutención.

Recuerdo que me explicó, entre otras cosas,  que estas simpáticas aves forman parejas estables a lo largo de toda su vida. De ahí derivan aquellas conocidas expresiones " Estan enamorados como dos tortolitos" o " Se miraban como dos tortolitos".

Desde el primer momento establecí una relación muy afectiva con aquellas pequeñas aves. Las tenía en un amplio espacio protegido  donde antes habíamos tenido palomos.  Allí  podían moverse y alzar el vuelo a sus anchas. Dediqué horas y más horas hasta conseguir que acudieran a comer  semillas de mi mano, y poco a poco se fueron acostumbrando al contacto humano, hasta el punto de que, como puede apreciarse en la fotografía, las sacaba del palomar y recorrían mis brazos y se posaban en mis  hombros sin levantar el vuelo para alejarse. Hubiera dejado abierta la puerta del palomar con la seguridad de que no hubieran escapado, pero desistí de ello para protegerlas de los gatos, que con toda seguridad no hubieran tardado en darles caza para procurarse un buen festín.

 Cuando tuve que ausentarme, con motivo del cumplimiento del servicio militar, aprovechaba los permisos que periódicamente  me concedían  para reanudar mis contactos con ellas, hasta que un buen día, durante aquellas prolongadas ausencias, aprovecharon que la puerta del palomar quedó abierta mientras mi padre estaba procediendo a la limpieza de su  interior y emprendieron el vuelo hacia el exterior para no regresar.  Me apenó mucho conocer aquella noticia, y de la fotografía que ilustra estas líneas, me queda el lejano pero, a la vez, muy grato recuerdo de  aquellas bellas criaturas aladas,   mis adoradas tortolitas.