Dos formaciones de la Unió Esportiva Santboiana, en el campo de juego de la otra orilla del río Llobregat.
(Colección particular Pep Aleu i Sendra)
En anteriores aportaciones, he referido que la Unió Esportiva Santboiana disputó sus encuentros en el campo de juego situado a la otra orilla del río Llobregat, desde sus inicios hasta que dejó de hacerlo al estallar la Guerra Civil española. Al finalizar la contienda bélica construyó un nuevo terreno de juego en el lugar donde actualmente está situado el cuartel de Automovilismo, pero al poco tiempo tuvieron que abandonarlo por reclamar la posesión de aquellos espacios el estamento militar, y tuvieron que trasladarse a pocos metros de distancia, en el actual complex esportiu "Baldiri Aleu".
Finalizada la Guerra Civil española, la entidad se fue recuperando progresivamente, conquistando diversos trofeos, como la Copa de Catalunya los años 1943, 1944, 1945, 1956 y 1959; la Copa de España (llamada en aquella época del Generalísimo), las temporadas 1942-43, 1947-48, 1948-49, 1955-56, y la Copa Pirineus, las temporadas 1960-61, 1961-62, entre los equipos campeón y subcampeón de Catalunya (Sur) y equipos de prestigio de la Catalunya Norte (Francia).
La década de los años setenta del siglo pasado, transcurrieron prácticamente sin pena ni gloria, como en general pasó con los restantes equipos del rugby catalán, que perdió la hegemonía en favor de los equipos de Madrid.
UNA CONSIDERACIÓN
Cuando la Unió Esportiva Santboiana cumplió los 50 años de su fundación, la Junta Directiva acordó conceder la Primera Medalla del Cincuentenario a S.E. el Jefe del Estado , Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde, y asimismo la Medalla del Cincuentenario a S.A.R. el Príncipe de España, Excmo. Sr. D. Juan Carlos de Borbón.
Reservándome el comentario, por motivos y razones obvias, y entendiendo que en aquella época era este uno de los procedimientos habituales que todos los que tenemos cierta edad conocemos sobradamente, me permito, esto sí, sugerir a la actual Junta Directiva que, en el supuesto de conceder uno o varios distintivos a persona o personas, con motivo del Centenario, lo hagan en función a los méritos contraídos en favor de la entidad fundadora, sin que, con el paso de los años, tengamos que sonrojarnos por las corrupciones o desprestigio de la persona o personas que pudieran ser o haber sido poseedoras de tal o tales distinciones. A buen entendedor, pocas palabras bastan, dice el refranero popular.
