Con fecha 2 de noviembre de 2016, colgué un post en este mismo blog de internet. "El púgil José Ferrer, mi tio Pepe". ( http://jvendrellcampmany.blogspot.com.es/2016/11/el-pugil-jose-ferrer-mi-tio-pepe.html.
En fecha reciente, recibí por e-mail la comunicación de una señora, que llamaremos A, que me explicó que era octogenaria de edad, pero que tenía una mente muy despierta, y que había tenido ocasión de conocer el post a que me he referido anteriormente, y que en su condición familiar de José Ferrer, estaba últimamente dedicada en recomponer, a través de un miembro de su familia, el árbol genealógico de la familia Ferrer - Campmany, y recabó mi colaboración en todo aquello que pudiera aportarle especialmente relacionado con la familia Campmany.
Con aquella comunicación, me hizo llegar una fotografía que yo desconocía, por no haberla visto nunca en casa de mis padres, y que corresponde al día del enlace matrimonial de mi tía Montserrat Campmany Pagés con José Ferrer Navarro, el día 29 de agosto de 1947 en el Hotel Miramar, situado en lo alto de la montaña de Montjuic, de Barcelona, y que el 14 de julio de 1959 cesó su actividad para convertirse en los estudios centrales de Catalunya de Televisión Española (TVE).
Me ha hecho mucha ilusión conocer la existencia de esta fotografía, atendido que, entre los asistentes, figuran en primera fila los contrayentes, Montserrat Campmany y José Ferrer, y a la izquierda de la imagen, de pie, entre mi tía Montserrat y mi abuela materna Emilia, estoy yo, vestido de blanco, con 2 años y siete meses de edad. Al lado de mi abuela Emilia, mi padre Emili, detrás suyo, mi tía María, y a su lado su esposo Avelino. Mi madre Pepita está en la última fila.
Con la Sra. A. mantenemos contacto telefónico para intercambiarnos información referida a los descendientes de la familia Ferrer - Campmany, y que precisamente, en el día de hoy, le he anunciado el fallecimiento, conocido de manera casual, el pasado día 4 de este mes de enero que hoy finalizamos, de Montserrat, una de las hijas gemelas del referido matrimonio, a los 72 años de edad.
Internet tiene muchos aspectos positivos. Y este ha sido uno de ellos, estableciendo lazos de unión y amistad entre miembros de familias que llevábamos años, muchos años, sin establecer contacto y, con algunos de sus miembros, incluso sin conocernos, como ha sido en este caso concreto.